domingo, 25 de septiembre de 2016

El diario de un mochilero: Travesía Huehuetenango - El Quiché


Hace mucho tiempo había escuchado sobre la travesía que algunas personas realizaban desde Nebaj - El Quiché hasta Huehuetenango,  siempre había tenido la curiosidad por realizar dicha caminata, en Guatemala son pocas las personas que he conocido que han realizado esa travesía.

 Recientemente un grupo de aventura de aventura iba a realizar este evento, me iba a reunir con el grupo, pero de repente un compañero me escribió, mi compañero "Fede".  Otra persona que también tenía interés por realizar  esta ruta, él es otra persona que le igual que a mi le encanta explorar por su propia cuenta.

Al principio estábamos un poco indecisos si unirnos al grupo o realizarlo la travesía por nuestra cuenta porque teníamos pocas referencias de la ruta. Pero nuestras ansias de explorar  nos decía que debíamos hacer por nuestra propia cuenta, analizamos un poco la logística de la travesía y lo vimos factible por lo cual optamos realizarlo por nuestra cuenta.

Por lo general la travesía se hace desde Nebaj-El Quiché para Chuchumatanes- Huehuetenago, por cuestiones de logística, ya que nosotros íbamos en modo mochilero y dependíamos de transporte, nosotros realizamos la travesía al contrario, desde Huehuetenango hasta El Quiché, con otra diferencia que no empezamos desde los Cuchumatates, nosotros empezamos desde la Capellania.

Día 1
 
Un jueves por la noche tomamos el bus que nos llevaría hasta Huehuetenango, este bus llego como  a las cuatro de la mañana a Huehuetenango, luego caminamos hacia la terminal. Mientras caminamos hacia la terminal,  en el camino vimos un carro a la mitad de la carretera, cuando nos acercamos vimos que era una accidente, a saber cómo paso pero era un pickup que se había empotrado en un bloque de cemento que divida la carretera, eran tres personas que iban en el carro,  una resulto herida, estaba desangrando en la banqueta cuando nosotros llegamos, dejamos tiradas nuestras mochilas y fuimos ayudar, el carro había quedado empotrado en los bloque se cemento, así que había que moverlo para que no ocasionara más accidentes.  Mientras estábamos moviendo el carro, otras personas llamaron un taxi para llevar al herido al hospital. Estuvimos como unos 15 o 20 minutos en el lugar, logramos mover el carro y el herido se fue al hospital, espero que el herido se haya recuperado, realmente no supimos que paso pero creo que el que iba manejando el pickup pudo quedarse dormido dado que era de madrugada o simplemente se distrajo en el camino y no vio los bloque que dividían el camino, luego que todo se calmó, seguimos con nuestro camino y llegamos hasta la terminal de buses.

Cuando llegamos a la terminal, buscamos algo de desayunar para estar listos para nuestra caminata,  encontramos un local donde estaba una señora bien amable que nos ofreció chuchitos y atolito, para comenzar el día estaba genial, así que nos deleitamos de la comida que nos ofreció.

Luego tomamos un bus que nos llevaría hasta el lugar llamado “La Capellania”,  llegamos a la Capellania a eso de las 6:30.  Y allí comenzó nuestra travesía, días antes estaba lloviendo  pero el cielo de este día en la mañana estaba despejado, excelente para iniciar nuestra caminata.


En el camino encontramos varias personas a la cuales íbamos saludando, caminamos como 40 minutos y llegamos hasta una tienda, aquí preguntamos si íbamos bien en la ruta, a lo cual nos dijeron que si pero también se sorprendían cuando les decíamos que íbamos hasta Quiché.


Anteriormente yo había pasado por este camino pero había llegado hasta una posada llamada el Unicornio Azul, después de allí  el camino era totalmente desconocido. Llegamos hasta una tienda donde preguntamos por el camino, allí encontramos a una maestra que iba de camino, ella iba a ensayar unas presentaciones que iba realizar con sus alumnos, y como le quedaba el camino nuestra rutas nos acompañó un pequeño trayecto, junto con ella iban sus alumnos.


Así seguimos nuestro camino, encontrándonos más personas a la cuales le preguntábamos por el camino y muy amablemente nos indicaban por dónde ir, llegamos hasta una parte donde había una bajada, donde podíamos observar el otro lado de la montaña que era hacia donde nos dirigíamos.


Siguiendo los senderemos llegamos a eso del mediodía hasta la parte más baja donde se unían las montañas en medio había un río donde nos dimos un chapuzón,  como a la 1:00 de la tarde  retomamos el camino, pero nos preocupamos un poco porque parecía que iba a llover, caminamos unos 20 minutos y empezaron las primera brisas, caminamos otros 30 minutos pero empezó a reciar un poco más, el camino estaba todo enlodado por eso nos costaba avanzar un poco.



Como a la hora empezó a llover fuerte, mi compañero Fede se adelantó un poco para ver si podíamos pasar en alguna de las casas, por un momento lo perdí de vista, lo alcance como a los 15 minutos estaba esperando en una de las casas que encontramos el camino, en esta casa me conto que encontró un perro que casi lo mordía, lo dueños salieron a ver qué pasaba, me conto que los dueños salieron a ahuyentar al perro y aprovechando pidió posada, cuando yo llegue ya estaba platicando con los señores, así que llegue directo a buscar refugio.
Como íbamos a esperar que se pasara la lluvia, decidimos que íbamos a almorzar. Creo que el señor escucho, nosotros a sacar nuestro almuerzo íbamos cuando el señor nos invitó amablemente a comer papas dentro de su casa.

Su casa era de madera y láminas, adentro tenía un lugar donde juntaban la leña para hacer fuego, habían más personas, señoras y niños.  El señor muy amable nos sirvió un plato de papas, el cual recibimos con mucho gusto. Platicando con él nos contaba un poco de cómo era la vida allí con ellos y que ellos solamente cultivaban para comida diaria y no para vender. También nosotros compartimos un poco con ellos de los alimentos que llevábamos, yo llevaba un poco de carne preparada, la comimos con tortillas que ellos mismos preparaban.
 
Solamente ellos sabrán las penas que pasan para obtener sus alimentos, sin duda un gesto muy amable de ellos,   ya que lo poco que tenían lo compartían con nosotros, una experiencia muy buena que nos sirve para reflexionar.  


Entre platicas y la comida paso como una hora,  en ese tiempo bajo la intensidad de la lluvia a una pequeña brisa, ya eran como las tres de la tarde y aun nos hacía falta mucho camino por recorrer, nuestra meta era llegar hasta una aldea llamada Chortiz, así que nos despedimos y les agradecimos por su hospitalidad a los señores y seguimos con nuestro camino.



Avanzamos dos horas, el camino estaba lodoso y era un poco difícil de avanzar, Fede llevaba un paso más rápido que el mío, así que iba más adelante, en cierto modo para ir viendo que camino era el que teníamos que tomar, como íbamos caminando entre las casas muchas personas se nos quedaban viendo, las mayoría un poco extrañadas de que nosotros anduviéramos por allí. Alcance nuevamente a Fede en una casa, donde encontramos a un montón de niños. En esta casa nos indicaron cuanto tiempo nos hacía falta para nuestra meta del día, aun nos hacía falta mucho y ya estaba cayendo el anochecer,  al parecer faltaban unas dos o tres horas de camino, los señores de la casa les dijeron a los niños que nos fueran a encaminar.

Caminamos unos 20 minutos y llegamos hasta una carretera que parece que conecta con Aguacatan (un poblado cercano), en este lugar se nos pegó una persona que estaba algo borracha la cual nos costo que se nos despegara, a todo esto ya eran como las cinco de la tarde. Dada la situación tratamos de avanzar un poco más después de la carretera pero como no sabíamos realmente cuanto faltaba y también tomamos en cuenta que no íbamos a caminar de noche dado que no conocíamos el lugar y podía ser peligroso ya que podía a dar a mal entender que nosotros como extraños estuviéramos caminando por lugares a esas horas, por lo cual decidimos regresar y quedarnos en una casa que nos habían ofrecido,  en la casa no había nadie pero para no molestar nos quedamos en el patio, allí acampamos.

 


Día 2


Al día siguiente desmontamos el campamento como a las siete de la mañana, caminamos como una hora y con esto terminamos lo que nos hacía falta por ascender de la montaña, encontramos una gran planicie llena de formaciones rocosas, muy extraña pero así es el panorama del lugar, también por esto rumbos hay muchas plantaciones, así que por la mañana vimos varias personas que iban a cultivar sus cosechas, ya por estos rumbos la gente ya no veía tan extraño que fuéramos caminando hasta Quiché. Desayunamos en esta parte donde se miraba la planicie, sin duda un paisaje muy hermoso e impresionante a la vez.



Caminamos por la planicie y descansamos un poco para disfrutar de los alrededores, luego seguimos el trayecto y desde lejos observamos Chortiz, que es la aldea que divide Huehuetenango y El Quiché, aquí había una pequeña laguna. Luego pasamos por los caseríos de la aldea, en este lugar ya nos sentíamos como extranjeros ya que en el lugar se habla la lengua quiché, era muy poco lo que entendían de español, fue un poco extraño este choque cultural, no podernos comunicar con las personas fue un poco complicado, aun asi cruzamos un par de palabras en español lo suficiente para saludarlos.

 Hay que mencionar que  algunas de estas personas que vinieron a vivir a esta parte con tal de huir del conflicto armado que vivió Guatemala en épocas pasadas, la mayoría de gente es tímida y habla muy poco el español y con más razón lo puedo comprender, creo que es una parte de Guatemala, que se quedó pausada en el tiempo.

 

Estuvimos unos 15 minutos en el lugar, luego nos teníamos que dirigir al siguiente pueblo llamado Chuatuj, aquí seguimos caminando por planicies, en el camino encontramos varia gente pastoreando sus ovejas, se respiraba un ambiente muy tranquilo, tan tranquilo que podría haber pasado todo el día allí. Me sentía muy a gusto, sin sonidos de automóviles, sin bulla, simplemente soplaba el viento en el pasto, te podías sentar y respirar ese aire puro.  Por momentos añoraba con tener una mi casita allí para vivir el resto de mi vida, alejado de todo el estrés de la ciudad.



En una de esas planicies encontramos al grupo con que el al principio nos íbamos a juntar, creo que se quedaron sorprendidos que anduviéramos allí, la verdad no creo que se lo esperaban. Como eran conocidos los salude, pero al principio no me reconocieron ya que yo iba con mi traje de Todos Santos, creo que pensaban que era un guía o algo así. Pero cuando ya estábamos un poco más cerca ya me reconocieron,  al encontrarnos tuvimos una breve platica para  saludarnos y cada quien siguió con su camino.

Nos separamos y seguimos con nuestro camino hacia Chuatuj, seguimos avanzando en esas hermosas praderas, como íbamos a nuestro paso íbamos tomando fotos y disfrutando a nuestro paso, sin prisas.


Después de dejar una de las planicies más largas, regresamos a las veredas entre la montaña, en el camino encontramos una gran formación de piedra, yo me sentía un poco cansado así que Fede se fue a explorar que había, se desapareció como unos 15 minutos , luego me gano también la curiosidad a mí, así que fui a ver que había, cuando iba subiendo me encontré en el camino a Fede, quien me dijo que había buena vista desde arriba, así que luego subimos juntos y fuimos tomar algunas fotografías, para mi sorpresa desde arriba se podía ver Chuatuj ya estábamos muy cerca, disfrutamos del paisaje pero también no todo fue bueno, también observamos unas nubes negras, para nuestra suerte ya la lluvia estaba muy cerca.


 Bajamos de la piedra y continuamos hasta Chuatuj, este lugar estaba un poco más poblado, había varios caminos, así que nos tocó que preguntar cuál era el camino que nos lleva hasta Nebaj.  Recibimos las indicaciones y seguimos nuestro camino, no quisimos pasar mucho tiempo en el lugar dado que estaba empezando a llover y todavía nos hacía falta mucho camino por recorrer, nuestra meta era llegar hasta Nebaj, pero por la hora que era decidimos mejor que nuestra meta del día iba ser llegar hasta Acul, que es el poblado más cercano a Nebaj.


Saliendo de Chuatuj empezó a llover, pero continuamos bajo la lluvia ya que estábamos con el tiempo contra el reloj, haciendo cuentas debíamos llegar hasta Acul a eso de las cinco de la tarde. Después de Chuatuj, el camino que nos restaba era casi en  su mayoría en bajada, había parte lodosa y rocosa, bajamos a paso normal ya que nos dolían un poco los pies y las rodillas, también había que tener cuidado con no resbalar.  



Caminamos como tres horas y media desde Chuatuj hasta Acul, pasamos por varias aldeas, ya el cansancio nos estaba pegando un poco hasta aquí ya llevamos unos 40 km de recorrido.



 
Llegamos como a las como a las cinco de la tarde, anteriormente ya había visitado Acul, así que conocía un hostal, el lugar es muy bonito así que se lo recomendé a mi compañero para quedarnos alli. Fuimos a buscarlo para nuestra suerte todavía estaba funcionando. Al llegar nos dimos una buena ducha y luego preparamos nuestra cena. Luego de comer, descansamos. Antes de irnos a dormir empezó una lluvia muy fuerte, que bueno que nos hospedamos en este hostal porque si hubiéramos acampado hubiéramos pasado una mala noche.



DÍA 3



Al día siguiente nos levantamos a eso de las 7 de la mañana, para continuar con nuestra travesía aun nos faltaban como 7 km de trayecto el cual incluía una parte de montaña. Refaccionamos un poco y luego partimos, la mañana estaba muy despejada dado que por la noche llovió mucho, se podía sentir el aire fresco de la mañana y poco a poco el calor del sol.



Preguntamos por el sendero que nos lleva hasta Nebaj a la gente que encontramos en el camino y nos indicó la ruta, esta ruta es la antigua ruta que se ha utilizado para ir desde Acul a Nebaj y viceversa. Dicha ruta se puede transitar solamente a pie o a caballo, hay otra ruta que utilizan comercialmente en la cual si entra carro. En el camino encontramos varias personas que iban para Nebaj y otras que venían para Acul, en su mayoría gente de edad mayor, imagino que ellos crecieron caminando por esas rutas, por lo cual les parece algo normal.



 Luego de ascender la montaña había un poco de planicie, luego de caminar en esa planicie se empezamos a descender, a lo lejos se podía ver Nebaj, sentí una alegría ya estábamos a unos pocos pasos de terminar nuestra travesía,  en el camino íbamos platicando con las personas le contábamos de donde veníamos y casi siempre nos preguntaban:
¿Qué andan buscando? ¿Por qué vienen desde tan lejos caminando?
Y les respondíamos: “teníamos feriado y aprovechamos para venir a caminar, nos habían contado que por aquí hay senderos muy bonitos”


Luego empezaba a fluir la conversación, conversábamos acerca de cómo vivían ellos y también nos preguntaban acerca de la vida de la capital, fue agradable intercambiar palabras con ellos, te otra perspectiva de cómo es la vida en otros lugares de tu propio país.



Como a eso de las diez y media  llegamos hasta Nebaj, para suerte de nosotros, llegamos en fechas de fiesta patronal, en este lugar celebran a la Virgen de la Asunción, así que estaba muy alegre el ambiente, justamente cuando llegamos estaba entrando la procesión, este es uno de los pueblos que combinan la religión con sus costumbres indígenas.

Disfrutamos un poco de las celebraciones que estaban haciendo en el lugar.






Luego retornamos hacia la capital, tomando la siguiente ruta. Nebaj hacia Santa Cruz del Quiché, luego un bus directo hacia la capital. Fue tardado el trayecto ya que muchos disfrutaron ese fin de semana para viajar, el bus en que veníamos, parecíamos salchichas, ya no cabía ni un alma más, estábamos a eso de las 9 de la noche en la capital.




Un viaje lleno de muchas sorpresas, una travesía de dos días y medio con un recorrido de un aproximado de 50km, un viaje que si no lo hubiéramos hecho al estilo mochilero no hubiéramos tenido la oportunidad de convivir con tantas personas en el camino, literalmente hicimos un viaje Guatemala piel adentro, me encanto caminar entre las montañas ver las casas entre las montañas y ver cómo viven en una tranquilidad pero a la vez también me hizo dar un golpe con la realidad, ya que aunque ellos viven en tranquilidad tiene muchas carencias entre ellas es ver cómo le hacen para conseguir sus alimentos, ya que la mayoría sobrevive con lo que cosecha y como ya mencione un parte de Guatemala donde al parecer la el tiempo se quedó pausado, espero que poco a poco estos pueblos puedan mejorar su calidad de vida, claro sin perder su esencia indígena.