Este volcán se miraba desde lejos algo complicado, a esta hora ya estaba pengando fuerte el sol, pero ya estabamos contra el tiempo, asi que no apresuramos, a eso de una hora y media llegamos a la cumbre.
Antes de llegar a la cumbre podemos tener una majestusa vista del Volcán Suchitán.
Lo que me gusto de casi todos los volcanes de oriente, es que siempre tenian muchas flores, era alegre ver tanto colorido por todos lados.
Desde arriba se miraba una laguneta, ni idea de cual sera pero se veia interesante.
De esta manera llegamos a la cumbre, en estos momentos el cuerpo ya se sentia resentido, hasta empeze a dudar si podia continuar, pero si algo hay que aprender de los montañistas, es que la fuerza de volutad es de acero.
Las tres cumbres que faltaban no las habia ascendido, asi que agarre el poco impulso que me quedaba y segimos con las siguientes cumbres.
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Son paisajes que casi no se ven, cuando menos no los vemos los que hemos vivido siempre en la capital.
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